La Real Academia Española ha decidido instaurar una nueva tradición y a partir de ahora, la institución informará puntualmente sobre las novedades de su diccionario. Se ha pasado página definitivamente a esa época en que los hispanohablantes tenían que esperar largos años para conocer las diferentes enmiendas, puntualizaciones o incorporaciones del «Diccionario de la lengua española». Ahora podrán consultarlas cada año en su versión digital.
Tres años después de la publicación del DRAE, en 2014, el director de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva, y la académica directora del Diccionario de la lengua española (DLE), Paz Battaner, presentaron en los últimos días de 2017 las actualizaciones de la versión en línea de la vigesimotercera edición del DLE.
La RAE comunicó que el diccionario digital recibió en 2016 más de 600 millones de consultas y aunque no se ha dado a conocer la cantidad de visitas de 2017, Darío Villanueva, anunció: “Esperamos superar ampliamente esta cifra acercándonos, incluso, a los mil millones”.
Las más de tres mil modificaciones presentadas al diccionario consisten en adiciones de artículos, acepciones y formas complejas (las relaciones entre dos palabras), así como modificaciones etimológicas y supresiones. A la cabeza de las novedades están términos “nuevos” como “posverdad”, “buenismo”, “chusmear”, “cliquear” y “aporofobia” (esa fobia a los pobres que se hizo explicita en el título del último libro de la filósofa española Adela Cortina).
También aparece “especismo” –“discriminación de los animales por considerarlos especies inferiores”–; pero curiosamente queda pendiente la inclusión de “animalista”, que según la académica y directora del Diccionario Paz Battaner está en estudio. Para actualizar el DLE, la RAE se encarga de identificar las nuevas palabras o los nuevos significados que puedan tener algunas de ellas, para eso revisa las palabras que ya estaban incluidas; por ejemplo, “hacker”, tenía un solo significado: pirata informático, y ahora tiene una segunda acepción: “persona experta en el manejo de computadoras, que se ocupa de la seguridad de los sistemas y de desarrollar técnicas de mejora”.
El lenguaje evoluciona día a día, por ello es que algunos nuevos términos fueron incorporados al diccionario de la Real Academia Española. La RAE incorporo al “porro” y al “vallenato” con las siguientes definiciones:
Porro. [adición de articulo]. m. 1. Música y canto originarios de la costa norte de Colombia, con influencia de los ritmos africanos. |2. Baile que se ejecuta al compás del porro.
Vallenato. [adición de articulo]. m. 1. Música y canto originarios de la región caribeña de Colombia, normalmente con acompañamiento del acordeón. | 2. Baile que se ejecuta al ritmo del vallenato
Esta edición busca eliminar los matices machistas
Entre los cambios se encuentra también la matización del término “sexo”, donde se aclaró que la expresión «sexo débil» o «conjunto de las mujeres» tiene una intención despectiva o discriminatoria, mientras que la de «sexo fuerte» o «conjunto de los varones» es irónica.
El género masculino y el género femenino.
Por su parte, Paz Battaner, directora de esta edición digital, entró en una de las polémicas más recientes: el hábito que han adquirido los políticos de iniciar sus discursos o referirse a sus militantes y seguidores separando el género masculino y el femenino, como «diputados y diputadas», «amigos y amigas» o «compañeros y compañeras». «La realidad es que se ha utilizado siempre. El “Cantar de Mio Cid” se abre con una llamada similar, porque era importante que la gente escuchara. Lo que no es adecuado es que siempre se haga. Repetirlo. Solo debe acudirse a él cuando existe cierta ambigüedad. De otra forma, el lenguaje se volvería lento, premioso y no avanzaría. Y se correría un riesgo. Cuando le dije a una pequeña que se fuera a jugar con los niños, ella dijo que qué sucedía con las niñas. Es un buen ejemplo. Su profesora había adquirido la costumbre de decir «niños» y «niñas», y ahora ella pensaba que existían dos tipos de personas humanas. Por esto mismo existe un peligro en acudir a este uso».
Los anglicismos
Los barbarismos anglosajones son un gran dolor de cabeza para el director de la RAE. Algunos ejemplos ilustran la cuestión:
Refugees welcome, Black Friday, influencer, followers y fake news.
El abuso de los anglicismos se percibe desde los carteles publicitarios hasta en Internet; se extiende a la forma en que se renombra profesiones o trabajos como baby sitter o product manager; pero también alcanza al ámbito de la moda, con expresiones como fashion week, front row o print, entre otras. “Nos vemos obligados a alzar la voz en este sentido. Es un asunto serio, muy serio. No censuramos los términos ingleses. De hecho, muchas palabras como raíl, vagón o fútbol, vienen de ahí y las hemos aceptado naturalmente –aclaró Villanueva–. Lo que nos preocupa es la reiteración excesiva sin necesidad, como si tuviera más empaque o prosapia decir determinadas cosas en inglés”.
Lo anterior se presenta ya que aun cuando las palabras inglesas tienen su forma correspondiente en el idioma español, siempre existen aquellas que se caracterizan por presentar dificultades al momento de establecer una forma adaptada al sistema lingüístico del castellano.
Un ejemplo sería el término informático “hardware”. No existe aún una palabra en español con la cual se pueda designar a todos los componentes físicos de una computadora.
Otros anglicismos que ya existían en la RAE son hobby (pasatiempo), parking (aparcamiento), show (espectáculo), chat (charla), closet (armario), disquete (unidad de almacenamiento de archivos informáticos).
Cualquier hispanohablante puede enviar sus propuestas para que se modifique, anule o añada un término en el diccionario (en el enlace www.rae.es/formulario/unidrae), un sitio en el que continuamente se reciben sugerencias, indicó el director de la RAE.
Algunas de ellas pueden ser aceptadas por ser de gran utilidad y otras no.