Continuando nuestro recorrido por Nueva Zelanda, y conociendo un poco más sobre su rico legado histórico, su gente, su territorio y recorriendo este país tan único y desconocido, nos vamos a dirigir a la isla sur, un lugar mucho más remoto y la zona donde se agrupa la menor cantidad de la población que habita Nueva Zelanda, en comparación con la isla Norte. La Isla Sur por su parte es un lugar donde sobresale la naturaleza, posee unas vistas increíbles, un paisaje donde pareciera que se acabara el continente, un último punto en el horizonte antes de encontrarnos con la infinidad del océano. En esta ocasión daremos un paseo por diferentes zonas de Otago y Dunedin para conocer nuevos parajes e historias de Nueva Zelanda, pero esta vez, en el sur del país.
Con una fuerte herencia escocesa y rodeada de montañas, lagos y la costa del pacífico, se encuentra la región de Otago, una de las zonas principales en la isla Sur, que, junto a su capital Dunedin, destacan como un próspero centro económico de la región con mucha vida y actividades para locales y turistas.
Otago y Dunedin
Como lo comentábamos, Otago es una región ubicada en el sur oriente de la isla Sur de Nueva Zelanda. Es una de las regiones más grandes del país, con un área de 32.000 kilómetros cuadrados. El primer asentamiento europeo en Otago se estableció después de la llegada de inmigrantes escoceses, liderados por la iglesia libre de Escocia, hacia el año 1848. Debido a la fertilidad de sus tierras, y a los hallazgos de oro y otros minerales, hubo un crecimiento exponencial de la población que provenía de diferentes lugares del mundo. Esto convirtió a Otago durante un periodo en el centro más importante de Nueva Zelanda. Como dato curioso, en Otago se encuentra la primera universidad del país: la Universidad de Otago, fundada en el año 1869.
La geografía de la región se caracteriza por terrenos montañosos, mucha presencia de ríos y pequeños valles. El clima varía mucho dependiendo de la ubicación de las ciudades, las que están cerca de la costa tienen veranos cálidos e inviernos frescos, por otro lado, las ciudades al interior pueden tener temperaturas más fuertes, tanto en invierno, como en verano. Su población es escasa, apenas unos 265.000 habitantes, repartidos en más de 14 áreas urbanas, donde destacan principalmente la capital Dunedin, y las ciudades de Queenstown, Mosgiel, Oamaru y Wanaka.
Hablando de su capital, Dunedin, es un lugar prominente de Nueva Zelanda, en sus tierras hay mucha historia. Desde hace siglos, se tiene constancia de la existencia de poblaciones indígenas en la zona. Con la llegada de los europeos, Dunedin paso a ser uno de los principales centros del nuevo país, un estatus que conserva hasta el día de hoy. Por ser la sede de la Universidad de Otago, es una ciudad joven, con mucho movimiento, donde destacan economías emergentes como la tecnología, los servicios y el turismo, además es un importante centro cultural, artístico y deportivo.
Acompáñanos a recorrer la región y descubrir lo que tiene por ofrecer:
Moeraki Boulders Beach, Otago y Dunedin
Bajando por la carretera SH1 en dirección a Dunedin, a 40 kilómetros al sur de Oamaru (o 75 km partiendo desde Dunedin) se puede llegar hasta la playa de Koekohe, una playa que tiene las rocas más extrañas y fascinantes.
Es normal encontrarse con rocas a orillas del mar en cualquier playa del mundo, algunas con un contorno perfectamente redondeado, pero en Koekohe te vas a encontrar con rocas de hasta 7 toneladas, perfectamente redondas y de hasta 2 metros de altura. Son varias rocas, regadas por la orilla, como pelotas de arena gigantes, o quizás, extraños huevos de piedra. Se cree que estas rocas tienen más de 60 millones de años, y por su forma han sido objeto de leyendas y creencias alrededor de ellas. Seguro que no verás rocas tan particulares en otro lugar del mundo. Es mejor visitarlas con la marea baja para poder apreciarlas en su totalidad.
Coronet Peak, Otago y Dunedin
Coronet Peak es el lugar para vivir una experiencia de aventura y deporte en la cima de la montaña. En los meses más fríos y cuando empieza a caer la nieve en Queenstown, la montaña es el lugar perfecto para divertirse y el parque de invierno de Coronet Peak ofrece todo tipo de servicios para que nadie se quede por fuera de la diversión. Hay muchas actividades por hacer: practicar esquí, hacer snowboarding, correr en carreras de trineos, hacer muñecos de nieve; el parque tiene todo planeado para que la experiencia sea completa.
Se puede acceder fácilmente a Coronet Peak desde Queenstown conduciendo por la carretera alpina o tomando un autobús programado regularmente desde el centro de Queenstown en el Snow Center ubicado en Duke Street. La vista y los atardeceres desde la montaña son fantásticos, incluso se puede esquiar en la noche, una experiencia aún más emocionante.
Castillo de Larnach, Otago y Dunedin
En Nueva Zelanda solo hay dos castillos, ambos ubicados en Dunedin: el Castillo de Larnach y el Castillo de Cargill. Debido a que este último se encuentra en ruinas, se considera al de Larnach como el único castillo del país. Hoy es un lugar turístico, que atrae a 120 mil visitantes cada año, y un lugar para eventos y celebraciones. El castillo fue construido entre 1871 y 1887, para ser la residencia de William Larnach, quien fue un comerciante y político millonario, y quien quiso construir una mansión semejante a un castillo como regalo para su esposa.
Sin embargo, la historia de la familia Larnach estuvo rodeada de tragedia y muerte. Su esposa e hija murieron, y al final William se suicidó en soledad. Tiempo después, el castillo fue adquirido por la familia Barker quienes se encargaron de su restauración y lo abrieron al público, como una especie de museo y centro de eventos, y hoy es uno de los lugares más representativos de Dunedin.
Roys Peak
Una de las rutas montañosas más espectaculares de toda Nueva Zelanda la encontrarás cerca de la ciudad de Wanaka, junto al lago del mismo nombre, abriéndose paso por la montaña hasta llegar a Roys Peak. Es una caminata larga y con un grado de dificultad medio – alto. El sendero se extiende por 16 kilómetros en un viaje de ida y vuelta, y alcanza una altura de 1.250 metros.
Se estima que se toma entre 5 a 8 horas realizar el recorrido, y aunque suena complicado, vale mucho la pena. La cima te espera con una visión de montañas que sobresalen entre la bruma y que rodean un lago que comparte el espacio con el valle, es un paisaje hermoso, de las mejores vistas en el país.
Península de Otago
La península de Otago es más que un lugar para ver el mar y hermosos atardeceres, también es un lugar lleno de vida silvestre. Por ejemplo, en la Reserva Natural de Taiaroa Head hay una gran colonia de albatros y en Sandfly Bay abunda la fauna y flora autóctona.
Además de plantas únicas, es especialmente famosa por la colonia de pingüinos de ojos amarillos, entre otras aves que tienen su colonia muy cerca a la playa, al igual que por los grupos de lobos y leones marinos que pasan su tiempo entre las rocas de la bahía.
The Remarkables
Si quedaste con ganas de esquiar a orillas del lago Wakatipu hay una cadena montañosa bautizada como “The Remarkables”. Una cordillera que se alza más de 2300 metros y que tiene un nombre muy adecuado, pues es un lugar extraordinario con gran belleza.
Al igual que Coronet Peak, The Remarkables es uno de los parques de invierno más completos que ofrecen una experiencia integral para todo el público. No importa si eres un esquiador principiante o un experimentado, en The Remarkables encontrarás un campo de practica inmejorable, rodeado de un paisaje único.
Jardín Botánico de Dunedin
El Jardín Botánico de Dunedin es el principal jardín botánico de toda Nueva Zelanda. Con casi 160 años de historia y diferentes reconocimientos nacionales e internacionales, es una de las principales atracciones turísticas. Así como un centro para la conservación y estudio de la flora de esta parte del mundo.
Su amplia gama de colecciones hortícolas y botánicas incluye rosas, un jardín de rocas y una casa alpina. Además de un jardín de agua y muchos otros jardines con más de 6.800 plantas nativas de Nueva Zelanda y de otras partes del mundo. Un aspecto importante de la colección de plantas nativas de Nueva Zelanda es el cultivo de especies nativas raras y en peligro de extinción.
Tunnel Beach, Otago y Dunedin
Visita en el sur de Dunedin un hermoso camino costero, rodeado de acantilados espectaculares, y con unas vistas increíbles.
El camino de Tunnel Beach recorre la orilla de la isla en presencia de promontorios, arcos naturales y un antiguo puente tallado en la roca. Tiene más de 100 años de historia y es de este de donde sale el nombre de la playa. Es un paseo corto y tranquilo para disfrutar una tarde en la playa de Otago.
Estación de Trenes de Dunedin
La estación de trenes de Dunedin debe ser uno de los edificios más lindos de toda Nueva Zelanda. Fue construido en 1906 en un estilo renacentista flamenco con revestimientos de piedra caliza blanca sobre roca basáltica negra. Lo que le da un aspecto muy singular.
La estación está abierta al público para que pueda maravillarse con sus interiores ornamentados y los adornos de época de su interior. Un gran restaurante ocupa gran parte de la planta baja. El piso superior alberga una galería de arte y un salón de la fama del deporte. Los fines de semana, la estación se viste de feria, con mercado local y artistas callejeros.
Baldwin Street
En Dunedin está la calle más empinada ¡del mundo! Con un desnivel que alcanza los 35°, hace de esta calle una verdadera rampa, reconocida por los Guiness Records.
La calle atrae a curiosos y amantes de la adrenalina que deciden tentar la suerte descendiendo la empinada calle a bordo de bicicletas o motocicletas.
Hay muchas más cosas por realizar en la región de Otago. Por ejemplo, puedes visitar el museo Toitu Otago Settlers, un lugar que recoge la amplia historia humana en Otago. También se puede realizar uno de los paseos en tren más bellos del continente. Además de visitar la hermosa catedral de St. Paul’s en la plaza central de la capital. Otago es un destino que destaca por la belleza de sus paisajes y que no dejará inconforme a ninguno.