Pensamos que sería fácil… algunos amigos ya lo habían hecho antes y no tuvieron ningún problema… la diferencia fue que mi novio era extranjero.
En noviembre decidimos casarnos en Bogotá en la época de navidad en la cual tengo mi período de vacaciones.
Mi pareja es de Inglaterra por lo que no había ningún problema para que él viniera a Colombia, ya que al llegar al aeropuerto El Dorado se le otorga una visa. Por el contrario, para que yo pudiera casarme en Inglaterra tenía que obtener una visa especial, lo cual habría requerido tiempo y un costo considerable, por lo tanto Bogotá era la mejor opción.
Gasté algo de tiempo recopilando información en las notarías, en cada una de ellas me dieron una lista diferente de requisitos y descubrí que, de acuerdo con todas las notarías que visité, los documentos que mi ahora prometido necesitaba para casarse eran: 1) una copia oficial de su certificado de nacimiento, 2) un certificado de soltería y 3) una copia de su pasaporte. Los dos primeros documentos no debían tener más de tres meses de expedición. Ninguno de los dos sabía lo que era el segundo documento, pero el notario me dijo que mi prometido debía ir al consulado de Colombia en Londres y que ellos le podrían expedir uno. Además, todos estos documentos tenían que ser apostillados y traducidos por un traductor oficial.
Él trató de ponerse en contacto con el consulado pero después de una semana no lo había logrado, así que envió un correo electrónico y recibió una respuesta rápida. Ellos no expiden el certificado de soltería y por lo tanto tuvo que ir a su oficina local de registro, que es un equivalente británico de una notaría. Sí, ellos podían expedir el certificado pero él tenía que solicitar primero una cita y luego esperar cuatro semanas mientras que la boda era anunciada, esto con el fin de que la gente tuviera la oportunidad de oponerse. Absurdamente, esta fue anunciada en una ciudad en la que nunca él había estado ni mucho menos vivido, por lo tanto nadie lo conocía. Él consiguió la cita y mientras que la tenía se dieron cuenta que le faltaba una pieza crucial de información (el lugar dónde se llevaría a cabo la boda) así que tuvo que solicitar otra cita y con ello un nuevo retraso con el proceso.
Él obtendría el certificado en la primera semana de diciembre pero éste tenía que ser apostillado. Mientras tanto me enteré que al igual que el anuncio en el Reino Unido, teníamos que someter todos nuestros documentos al notario 14 días antes de la boda (en realidad el tiempo variaba según el notario entre 1 y 14) y mi novio tenía que hacerlo en persona o dame un poder especial legal para presentar la solicitud de matrimonio en su nombre, la cual debía escribirse en Colombia, autenticarse, traducirse por un traductor oficial, enviarse a Inglaterra, apostillarla y enviarla de nuevo a Colombia… un largo proceso que requería del tiempo que no teníamos.
Así pasaron las semanas, realicé los arreglos para la elaboración del vestido, encontré los anillos de boda y busqué los lugares para la recepción. Mi novio fue a Hungría por negocios durante 3 semanas y reservó su vuelo a Bogotá para el 12 de diciembre.
Cuando regresó el certificado estaba listo y envió sus documentos al Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones para apostillarlos. ¡Buenas noticias! los documentos fueron enviados el 8 y mi prometido me envió las copias, las cuales llevé directamente a un traductor oficial quien podría tenerlos listos para su llegada, entonces todo estaba preparado.
Bogotá lunes 14 de diciembre de 2015. Fuimos a la notaría y efectivamente nos podían casar el 28 de diciembre pero necesitaban un certificado que demostrara que el traductor era un traductor oficial. Además, tenían que entrevistar a mi novio y necesitábamos un traductor oficial (el mismo que había traducido los documentos) para que estuviera presente porque mi prometido no habla español. Nunca me dijeron esto antes de llegar, así que perdimos un día más. El día siguiente estuvimos tratando de encontrar si nuestro traductor estaba disponible o una notaría que no pidiera este requisito.
Miércoles 16 de diciembre, fuimos a una notaría diferente que no requería un traductor presente. Cuando llegamos allí nos dijeron que necesitaban un traductor. Después de llamar a varios de los que se encontraban en la lista en internet, encontramos uno que llegó y luego de una larga hora de discusión que se produjo porque la notaria no aceptó el hecho de que él era un traductor oficial ya que él había recibido su título en la década de los 90´s y dijo que tenía que entregar un certificado más reciente. Mi novio estaba a punto de explotar y estoy segura de si él hubiera podido hablar español les habría hecho saber lo que pensaba!
Viernes 18 de diciembre. Después de llamar a todos las notarías de Bogotá llevamos nuestros documentos a una que no necesita un traductor. Por teléfono me dijeron que podían casarnos el 28 pero que era necesario anunciar la boda y ahora sólo tenían un espacio el 11 de enero. Mi futuro marido estaría volando a casa el día 12. Eso no me gustó pero estuvimos de acuerdo en la fecha porque pensamos que si no la aceptábamos no nos casaríamos en absoluto. Después de lo que había pasado esa semana estábamos contentos de tener una fecha y nos sentimos aliviados de que lo habíamos conseguido. Entonces, el lunes siguiente mi cuñada llamó por teléfono y nos dijo que el 11 de enero era un día festivo y que el lugar de la recepción estaría cerrado. Llamé a la notaría y me confirmaron que estaría cerrada el día 11, pero que podríamos casarnos el 8. Yo no lo podía creer. Cómo pudieron darnos una fecha para 11, haber realizado todos los arreglos y no sabían que la notaría estaría cerrada. Fui directamente a la notaría para asegurarme que sí, que sin duda era el 8.
Las siguientes semanas se pasaron en la organización de la recepción, el ponqué, las flores, las invitaciones y en general preparando todo para el gran día y efectivamente eso fue lo que ocurrió, la notaria fue encantadora y todo salió de acuerdo con lo planeado.
La moraleja de esta historia supongo que debe ser no confiar en lo que nos dicen en la notaría, pero más concretamente todo el problema es que cada notaría parece tener sus propias reglas y cuando se les pregunta sólo dicen la mitad de ellas. Así que si usted está planeando casarse con un extranjero en Colombia recuerde que todo tiene que ser traducido y que el traductor oficial tiene que estar presente durante la entrevista con el notario y en la ceremonia de la boda. Aparte de eso es fácil!!