El exvicepresidente senior de Google, Laszlo Bock, es un individuo que ha revisado personalmente más de 20.000 hojas de vida en su carrera (su grupo de recursos humanos solía recibir más de 50.000 hojas de vida a la semana). En su artículo en LinkedIn, Laszlo dijo:
«Algunas hojas de vida son brillantes… pero hay otras que son desastres absolutos. Durante años, he visto cometer los mismos errores una y otra vez”.
Según Bock, actualmente vivimos en un mundo con un mercado laboral altamente competitivo y es indispensable que los responsables de llevar a cabo las labores de contratación no comprometan la calidad de los candidatos. Por lo tanto, un pequeño error puede provocar que un candidato sea rechazado. Un estudio adelantado por Career Builder determino que el 61 por ciento de los reclutadores que fueron entrevistados por dicha entidad, descarta automáticamente una hoja de vida, por el simple hecho de contener errores tipográficos.
Los grandes corporativos y las empresas más famosas de todo el mundo reciben miles de hojas de vida cada semana; sólo por citar un ejemplo: en 2012 Google anunció que incrementaría su personal con 6200 vacantes nuevas; a cambio, en 7 días obtuvo como respuesta más de 75000 hojas de vida. Con tal cantidad de documentos, el gigante tecnológico tuvo que desarrollar un método para revisar cada hoja de vida de manera rápida y eficaz, con base a dicho método, Laszlo manifiesta que los 5 errores que suelen cometerse a la hora de redactar una hoja de vida están ligados a los siguientes aspectos:
Errores tipográficos (erratas)
Es la falla más común. De acuerdo con una encuesta realizada por el portal Career Builder, en Estados Unidos el 58 por ciento de las hojas de vida tiene errores de carácter tipográfico. Dichos errores pueden ser vistos como “faltas” de ortografía, aunque no necesariamente están ligados a las tildes o los signos de puntuación. Se presentan cuando se escribe “expereincia” en vez de “experiencia”, “profresional” en vez de “profesional” o “productvidad” en vez de “productividad”.
Pueden ser invisibles y difíciles de encontrar cuando se ha pasado mucho tiempo modificando un documento. La clave para evitarlos consiste en leer la hoja de vida de abajo hacia arriba, lo anterior ayudará a que el lector se concentre en cada frase de forma aislada.
Formato (organización)
Es vital lo que se quiere decir, pero también la forma en que se presenta dicha información, por ello es indispensable usar una letra legible (de buen tamaño) y ordenar bien el contenido para lograr un formato exitoso. Probar el archivo de la hoja de vida tanto en Google Docs como en Word, y después adjuntarlo en un correo electrónico para abrirlo posteriormente haciendo uso de la función de vista previa es beneficioso ya que el formato puede variar en función de las plataformas (afectando todo el trabajo invertido), guardar el archivo en formato PDF es una excelente opción.
Extensión de la hoja de vida
Asignar una página por cada 10 años de experiencia laboral es una buena regla. Una hoja de vida constituida por tres, cuatro o diez hojas nunca será leída de manera precisa. Esta debe constar de una página, máximo dos. Además de mostrar la preparación y las aptitudes para un trabajo, en dicho documento se está revelando la capacidad de síntesis, el ingenio para establecer prioridades y la efectividad de la comunicación para decir lo más importante en pocas líneas. Es indispensable captar la atención de los reclutadores con un archivo corto, atractivo y eficiente.
Mal manejo de la información confidencial
En su publicación de LinkedIn, Laszlo manifiesta que una vez recibió una hoja de vida de un trabajador que estaba vinculado con una compañía, cuya política de confidencialidad era muy estricta. En la hoja de vida, el candidato escribió: “Realicé un proyecto de consultoría para una gran empresa de software en Redmond, Washington”. En diversos casos, existen datos de empleos anteriores que no se deben comentar. Sin embargo, algunos individuos pueden llegar a pensar que, “para ser más interesante” ante los departamentos de Recursos Humanos, no estaría mal brindar uno que otro apunte en la hoja de vida. Suena atractivo, pero no lo es. De hecho, puede hacer ver a cualquier aspirante como una persona poco confiable y que no se debe tener en cuenta.
Decir mentiras
Nunca vale la pena incluir una mentira en la hoja de vida. Todo el mundo, incluso los gerentes, son despedidos por una falta de dicho tipo. Algunas personas mienten sobre sus carreras (haber cursado varios semestres de una carrera no es lo mismo que tener una carrera), sobre sus notas (“accidentalmente”, muchos candidatos aumentan sus promedios, pero nunca los minimizan), o sobre dónde han realizado sus estudios (realizar una carrera técnica en línea no es lo mismo que realizar una carrera profesional en una universidad de manera presencial). La gente también suele mentir sobre el tiempo que ha estado en una empresa, los montos que solían ganar, etc.
En cuanto a las mentiras, es importante tener en cuenta dos factores clave: estas se detectan muy rápido y las mentiras persiguen a las personas durante toda la vida, lo que implica una gran inversión de tiempo y energía para tratar de mantenerlas, cuando en el momento menos esperado suelen ser descubiertas con consecuencias como el despido o la desacreditación profesional.
Esos son los principales errores que se cometen al realizar una hoja de vida. Es indispensable evitarlos a toda costa ya que pueden hacer que cualquier candidatura sea rechazada de forma inmediata.