Muchas personas se encuentran confundidas acerca de la diferencia entre una traducción simple y una traducción oficial (también llamada traducción certificada o traducción jurada). Sin embargo, escoger el tipo adecuado de traducción es crucial, ya que de ello depende la validez y aceptación de tus documentos en distintos contextos. En términos simples: una traducción oficial lleva el sello y la firma de un traductor autorizado, lo que le otorga validez legal, mientras que una traducción simple (no certificada) carece de valor jurídico ante las autoridades. De hecho, la traducción oficial garantiza que el documento traducido sea aceptado sin inconvenientes por organismos públicos (tribunales, embajadas, universidades, etc.), a diferencia de una traducción simple que no goza de este reconocimiento.
En este artículo aclararemos las características de cada tipo de traducción, sus diferencias fundamentales y ejemplos de cuándo basta una traducción normal y cuándo se exige una oficial, para que sepas cuál necesitas y por qué.
¿Qué es una traducción simple?
Una traducción simple es una traducción no oficial de un texto o documento. Esto significa que, si bien puede ser realizada por un traductor profesional y ser de alta calidad, no lleva ninguna certificación oficial ni tiene efectos legales por sí misma. Este tipo de traducción es adecuada para documentos personales, informales o de uso interno que no requieren validez legal.
Características de una traducción simple:
- Sin certificación oficial: no incluye la firma ni el sello de un traductor reconocido por ninguna autoridad.
- Uso privado o informativo: se utiliza para fines personales o dentro de una empresa, cuando solo se busca entender o comunicar el contenido en otro idioma.
- Sin validez jurídica: no es aceptada por entidades oficiales en trámites legales o administrativos, por lo que no sirve para presentarla ante notarios, juzgados, universidades u organismos gubernamentales.
Usualmente, basta con una traducción simple en casos como:
- Comunicación cotidiana: correos electrónicos, cartas informales o mensajes internos.
- Documentos informativos: artículos de blogs, noticias, informes técnicos o manuales de uso.
- Contenido empresarial interno: políticas, presentaciones o materiales de capacitación.
- Páginas web o material publicitario: textos dirigidos a clientes o público en general.
¿Qué es una traducción oficial (certificada)?
Una traducción oficial, también conocida como traducción certificada o traducción jurada, es una traducción de carácter legalmente válido que realiza un traductor autorizado por la entidad competente. Este traductor acreditado no solo traduce el documento, sino que certifica con su firma y sello que la traducción es fiel y completa respecto al original, otorgándole validez jurídica.
En Colombia, los traductores oficiales están acreditados únicamente por tres entidades: la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad de Antioquia y, en nombramientos anteriores, el Ministerio de Justicia. Solo los traductores certificados por estas instituciones pueden emitir traducciones con validez legal.
Las traducciones oficiales son necesarias para documentos que deban presentarse ante autoridades u organismos oficiales, ya que solo con esta certificación serán aceptadas como válidas.
Características de una traducción oficial:
- Traductor acreditado: debe ser realizada por un traductor-intérprete oficial autorizado.
- Certificación con sello y firma: el traductor declara la veracidad y fidelidad de la traducción respecto al original.
- Validez legal internacional: es válida ante entidades gubernamentales, judiciales y académicas.
- Formato formal: se entrega en físico o en PDF firmado digitalmente, incluyendo la declaración jurada del traductor.
Diferencias clave entre traducción simple y traducción oficial
Aunque ambas implican trasladar un contenido de un idioma a otro, existen diferencias fundamentales:
- Validez legal: la traducción oficial tiene validez jurídica; la simple no.
- Certificación: la oficial lleva firma y sello de un traductor autorizado; la simple no requiere certificación.
- Costo y tiempo: la oficial suele ser más costosa y tardar un poco más; la simple es más económica y rápida.
- Destino de uso: la oficial se usa en trámites legales, académicos o administrativos; la simple, en fines informativos o comerciales.
¿Cuándo necesitas una traducción simple?
Opta por una traducción simple cuando el documento no vaya a entregarse a ninguna autoridad ni requiera valor legal. Por ejemplo:
- Textos informativos y de divulgación.
- Comunicación personal o empresarial.
- Documentación técnica o material de referencia.
- Contenido web y marketing.
Aunque no lleve sello oficial, es recomendable que la realice un traductor profesional para asegurar la calidad y precisión del contenido.
¿Cuándo necesitas una traducción oficial?
Debes solicitar una traducción oficial cuando el documento vaya a presentarse ante una entidad pública o tenga efectos legales. Algunos casos comunes son:
- Documentos civiles y de identidad: certificados de nacimiento, matrimonio, defunción, antecedentes penales, pasaportes.
- Títulos académicos y expedientes: diplomas, certificados de estudios, calificaciones, pensum académico.
- Documentos legales y notariales: contratos, escrituras, poderes notariales, sentencias judiciales, testamentos.
- Documentos comerciales y financieros: estatutos, actas constitutivas, balances, acuerdos internacionales.
- Documentos médicos: historiales clínicos, certificados de vacunación, resultados de laboratorio, cuando sean requeridos.
- Documentos académicos: diplomas, actas de grado, certificados escolares.
- Registros civiles: nacimiento, matrimonio, defunción, apostillas.
- Certificados policiales y antecedentes judiciales.
- Documentos laborales y nómina.
- Documentos financieros y tributarios.
- Certificados comerciales y técnicos.
- Cartas de autorización.
En muchos casos, además de la traducción oficial, se puede requerir una notarización o una apostilla para que el documento tenga validez en el extranjero. Consulte nuestros precios de traducciones oficiales para obtener más información.
Conclusión: ¿Qué tipo de traducción debes elegir?
En resumen, la elección depende del propósito y destino del documento:
- Si debe tener validez legal, opta por una traducción oficial.
- Si solo es para fines personales o empresariales sin efectos jurídicos, basta una traducción simple.
La regla de oro es considerar quién te pide el documento traducido. Si lo solicita un organismo oficial, necesitarás una traducción certificada. Si lo necesitas solo para ti o para tu empresa, con una traducción simple será suficiente.
Conocer esta diferencia te permitirá ahorrar tiempo, dinero y evitar contratiempos, garantizando que tus documentos traduzcan exactamente lo que necesitas y cumplan su propósito en el lugar donde los presentes.
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